Ante momentos de volatilidad y en los que se proyecta una recesión económica, resulta clave tener claros estos conceptos del mercado financiero.
Al momento de realizar inversiones en los mercados financieros mundiales se puede atravesar por dos situaciones particulares: tendencias bajistas o alcistas. Estas tendencias son conocidas en el mundo de las inversiones como bear o bull market, respectivamente.
Lo primero a tener en cuenta es que, como en todas las inversiones, existe un riesgo y depende del inversionista definir si este será conservador, moderado o alto (arriesgado). Y es que de allí se parte para precisar que no es posible saber con precisión cuándo un mercado pasará por un ciclo alcista o bajista, aún cuando se pueden hacer proyecciones.
Lo segundo será definir la expectativa de inversión, pues si se desea una inversión a largo plazo para gestionar ahorros o diversificar el portafolio, habrá menores cambios en las posiciones dentro del mercado en el que la persona se encuentra cuando, por ejemplo, se enfrenta a un bear market o mercado bajista.
Mientras que si la inversión se planea a corto plazo, pues la persona necesitará de ese capital pronto, lo más recomendable serán otros instrumentos de inversión que brinden un poco más de seguridad, pues atravesar el bear market en el corto plazo no permitirá que la persona recupere las pérdidas.
Con un panorama más claro sobre los perfiles de los inversionistas y la manera en que usará su capital, estos son los ciclos que deberá tener en cuenta si es que sus inversiones irán al mercado financiero, o en su defecto, al mundo de las criptomonedas que tiene un funcionamiento similar en cuanto a las tendencias y la toma de decisiones.
El bear market
Los mercados bajistas sufren principalmente de una caída constante en sus precios y esto se explica, principalmente, porque hay sentimientos negativos o pesimistas en los inversores, frente a las perspectivas macroeconómicas.
La característica más importante de esta tendencia es que se consolida cuando la caída de los precios es del 20% o más frente al precio original con el que se compara.
En un bear market cae la demanda y sube la oferta, y la falta de compradores se suma a el apuro de otros cuantos que ante la caída de precios busca vender las acciones que poseen lo más rápido posible para evitar tener pérdidas grandes.
Esta es una de las tendencias más difíciles de enfrentar o superar para traders que no tienen suficiente experiencia o que aún no han establecido un límite entre las decisiones informadas y las emocionales, pues las grandes pérdidas pueden llevarlos simplemente a vender posiciones y no regresar al mercado financiero.
La explicación a lo anterior responde a un efecto similar al efecto dominó, pues los inversores que venden sus acciones rápidamente para asegurar parte de sus beneficios hacen caer el precio y esto provoca que más inversores vendan sus acciones, causando una caída abrupta de los precios.
Vale la pena recordar el 20 de mayo de 2022, cuando el S&P 500 estuvo en medio de esa jornada en el bear market y casi al cierre revirtió parte de las pérdidas. Esa sensación estuvo en el mercado por varias semanas y los precios tardaron en comenzar a subir y recuperarse, poniendo a este índice en una mala racha de siete semanas hasta ese mes, la peor desde 2001.
Sin embargo, para quienes manejan sus inversiones en corto y bajo el análisis fundamental, una vez la tendencia bajista se consolida esta es aprovechada por un buen grupo de personas que compra las acciones a bajos precios y espera, como sucede la mayoría de veces, que los precios se recuperen y vender a mejores niveles, cuando las acciones otra vez son atractivas.
¿Y el bull market?
La referencia a un “toro” o un mercado alcista puede ser bastante entendible y, por supuesto, se refiere a la tendencia en la cual los precios de los activos están aumentando, situación que se da principalmente en contextos económicos favorables o tras reportes financieros positivos por parte de las compañías que están listadas en la bolsa.
Un rasgo característico del bull market es que la demanda se incrementa de manera considerable y hay poca oferta, precisamente porque los precios son buenos y atractivos, razón por la que los inversores quieren mantener sus posiciones.
Los contextos macroeconómicos también son importantes, pues un mercado financiero al alza es en gran parte el reflejo de una economía sólida, con alta demanda y buenos rendimientos, muy al contrario del bear market.
Pese a las buenas proyecciones, el bull market tiene también un punto de clímax, en el que comienza un período de recesión y de una caída leve de precios que depende en particular de la manera en la que se haya dado la expansión del mercado.
Una tendencia alcista es mucho más favorable para los inversores pues están rodeados de optimismo y de una economía local o global que tiene buenos resultados. Pero se debe saber ingresar al mercado en esta tendencia para poder sacar un buen rendimiento de las acciones, según los expertos.
Por supuesto, la consideración de ambas tendencias depende también de la línea de tiempo a analizar. Por ejemplo, hay analistas que coinciden que las acciones de las principales compañías tecnológicas o incluso el bitcoin, si se quiere hablar de criptomonedas, han mantenido una tendencia alcista desde su existencia, pues han aumentado de manera considerable su precio. Sin embargo, cada mercado, acción o índice ha pasado de manera temporal por diferentes bear market.