Como sucede en gran parte del mundo y en América Latina, la inflación sigue avanzando y en un esfuerzo por controlarla los bancos centrales están subiendo sus tipos. ¿Qué ha pasado en México?

La recuperación económica tras la pandemia de Covid-19 ha llevado los precios al consumidor al alza desde la mitad de 2021. A este efecto se sumaron los inconvenientes en las cadenas de suministros globales y, recientemente, los impactos que se siguen marcando tras cuatro meses de la invasión de Rusia a Ucrania.

México, como muchos otros países en América Latina, no ha sido ajeno a esta realidad y la inflación ha avanzado en niveles considerables. Para mayo de 2021 los precios al consumidor se ubicaban en 5,89% y seis meses después, en noviembre, el índice ya estaba en 7,37%, según las mediciones del Banco de México (Banxico).

Desde ese mes, la inflación se mantuvo superior al 7% pero fue en abril que se reportaron los mayores niveles en 21 años, cuando los precios al consumidor se ubicaron en 7,68% y mostrando una mínima desaceleración en mayo al llegar al 7,65%.

Estas presiones inflacionarias, junto a las proyecciones macroeconómicas que diferentes organismos como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional han publicado alrededor del crecimiento económico global para 2022, recortando sus perspectivas, han llevado a que el Banxico tenga ahora una política monetaria restrictiva y haya hecho aumentos consecutivos en la tasa de interés.

En su última reunión de política monetaria, el banco central mexicano hizo un aumento de 50 puntos básicos y llevó la tasa de interés hasta el 7% con el fin de ponerle freno a la inflación que sigue lejos del rango meta (3%). Tras esa decisión, Banxico llegó a un aumento de tasas en ocho reuniones consecutivas con un total de tres puntos porcentuales, desde el 4,25% que se anunció en junio de 2021.

El último aumento coincidió con el que hizo la Reserva Federal de Estados Unidos, una medida que es frecuente en la política monetaria mexicana para evitar que haya salidas abruptas de capital.

Pese a que los aumentos en el tipo de interés son considerables, se debe resaltar que el banco central de México ya tenía un camino transitado para hacer frente al aumento de los precios en el país, pues a diferencia de los demás bancos centrales de la región, la tasa no cayó a mínimos en medio de la pandemia y el nivel más bajo fue en febrero de 2021, cuando se ubicaba 4%.

¿Seguirá aumentando la tasa de interés?

Las proyecciones de inflación han empeorado respecto a las últimas revisiones en México. La última Encuesta Citibanamex de Expectativas (ECE) publicada en junio ubicó la inflación anual para 2022 en 7%, tras haberse ubicado antes en 6,96%.

Y en esta misma línea, como estrategia para contener el alza en los precios, se ha proyectado que los tipos del Banxico seguirán subiendo. Por ejemplo, en la reunión de junio podrían aumentar en 75 puntos básicos y en diciembre, la tasa de interés podría llegar incluso a 9,5%, según un informe de los economistas del Bank of America (BofA).

Esta previsión significa que la tasa de referencia superaría el máximo que se ha registrado en la historia a mediados de 2019, cuando era de 8,25%. Y además, un aumento de 75 puntos básicos en una sola reunión también sería una decisión histórica, pues en 127 decisiones anteriores nunca se ha subido la tasa en más de 50 puntos básicos.

“Banxico está tratando de elevar la tasa de política monetaria por encima de la neutral rápidamente para reducir la inflación subyacente y evitar que el peso se deprecie mucho frente al dólar, para evitar amplificar las presiones externas de precios”, escribieron en la nota de perspectivas los economistas del BofA Carlos Capistrán y Christian González Rojas.

En el mismo texto, se señala que los inversionistas de Estados Unidos y Europa prefieren México, en especial por la fortaleza del peso y a pesar de la alta inflación actual. “Es difícil encontrar otro país con grado de inversión con tasas de alrededor del 9% y tasas reales de cerca del 4%”, precisaron, aunque con la política monetaria restrictiva algunos inversionistas prefieren esperar.

El BofA también prevé que el peso se mantenga fuerte frente al dólar, aún cuando los modelos indican que este podría estar “sobrevalorado”.

En lo que va del 2022, el peso mexicano le ha ganado terreno al dólar estadounidense y la moneda, hasta el 21 de junio, ha mostrado un avance positivo del 1,89%.