Pese a la fortaleza global que ha tenido la moneda estadounidense, la mexicana aún tiene un terreno positivo y se mantiene entre las fuertes de América Latina.

El dólar estadounidense se ha fortalecido y revalorizado en las últimas semanas producto de diferentes escenarios macroeconómicos, situación que ha impactado en las monedas de los países emergentes, causando un mayor temor por la alta inflación e impactando las finanzas de los gobiernos centrales y los hogares.

Aunque no había sido así al inicio del año y las monedas de países emergentes estaban teniendo un buen desempeño frente al dólar, el aumento en los tipos de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos que se dio en junio, cuando subieron 75 puntos básicos para ubicarse en un rango diferencial entre 1,50% y 1,75%, fue el punto de quiebre, para posteriormente llevarla a 2,50% en julio.

Esto, sumado al efecto pospandemia que significó una recuperación económica acelerada en donde la demanda le ganó a la oferta, dejando como resultado una cadena de suministros golpeada y un aumento en los precios de alimentos, materias primas y otros productos que comenzaron a disparar la inflación en la mayoría de países del mundo.

Ante la fortaleza del dólar, son varias las monedas de América Latina que no la han pasado nada bien en las últimas semanas y producto de estos resultados su ‘carrera’ frente a la moneda de EE. UU. este año la van perdiendo.

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Todavía no es el caso del peso mexicano

Pese a la alta volatilidad, el peso mexicano ha sido una de las monedas de los países emergentes de América Latina que sigue teniendo buen comportamiento frente al dólar, e incluso, expertos y diferentes entidades han resaltado la fortaleza de la moneda mexicana en el 2022.

Parte de este ‘éxito’ se debe a la política monetaria que ha desarrollado el Banco de México durante el año, pues la tasa de interés actual es del 7,75% tras alzas continuas en pro de frenar una inflación cada vez mayor, la cual marcó un 8,16% en julio, siendo un máximo de 21 años.

En medio de estos escenarios, entre el 31 de diciembre de 2021 y el 29 de julio de 2022, el peso mexicano aún le ganaba al dólar por 0,8%, cerrando la última jornada del séptimo mes del año en MXN$20,37 por cada US$1. Pero el panorama no fue el mismo en julio, mes en el que la moneda se depreció un 1,09%.

Al tiempo, otros expertos aseguran que el flujo comercial de México con Estados Unidos está beneficiando a la moneda, pues en los últimos 12 meses el país exportó poco más de US$420.000 millones a EE.UU. y la relocalización de fábricas y empresas para hacerle frente a la crisis de la cadena de suministros mantiene los buenos pronósticos sobre el comercio internacional.

No todo es color rosa para el peso mexicano

Aún con mejores resultados frente a sus pares en la región, los especuladores en el Chicago Mercantil Exchange aseguraron al final de julio que le apostarían a una depreciación del peso mexicano, en especial por la expectativa que hay sobre los próximos movimientos de las Reserva Federal.

Y otros pronósticos aún señalan que por cuenta de las mismas decisiones de la FED, que podría endurecer su política en la decisión de septiembre próximo si la inflación sigue alta en EE.UU., junto a los aires de recesión que tocan la puerta de la economía americana, el peso mexicano podría caer hasta los MXN$22 por dólar a finales del año.

La sección de análisis del grupo financiero Monex también le apostó en el corto plazo a un nivel de MXN$21,50 por dólar en caso de que la depreciación se mantenga.

Al cierre de la jornada del 3 de agosto, la moneda mexicana impulsó la recuperación de las divisas de Latinoamérica, aunque en las cinco últimas jornadas el peso acumula una depreciación del 1%. Además, las proyecciones del PIB entregadas por Bank of America no le benefician a la moneda, pues se revisó a la baja el crecimiento de 2023, pasando de 1% a 0%, en medio de la desaceleración de EE.UU. y una posible recesión el otro año.

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¿Qué pasa con las otras monedas de la región?

Hasta el final de julio, y para analizar meses completos, otra moneda que tiene un comportamiento similar a la mexicana es el sol peruano. Esta divisa emergente también ha tenido un buen resultado entre el 31 de diciembre de 2021 y el 29 de julio de 2022, pues sigue ganando terreno y está un 2,0% por encima del rendimiento del dólar.

Un efecto positivo también marcan el real brasilero (7,7% frente al dólar) y el peso uruguayo (9,3% frente al dólar).

Sin embargo, otras monedas emergentes de la región no tienen buenos resultados y los embates macroeconómicos globales, así como la inflación local y las movidas políticas han tenido un efecto en el rendimiento de sus divisas.

Ese es el caso del peso colombiano y el peso chileno. El primero está un -5,0% por debajo del dólar en lo que va del 2022 hasta el 29 de julio, mientras que el segundo está un -5,3% frente al dólar, niveles que presionan los precios en estas economías, pues parte de los bienes y servicios que se consumen son importados y se pagan en dólares.

Hasta esa misma fecha de corte, la moneda emergente de peor rendimiento en la región frente al dólar es el peso argentino informal con una caída del 21,73% en lo que va del 2022.